jueves, 25 de agosto de 2011

EL ELEFANTE ENCADENADO

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
                                                                                   "EL ELEFANTE ENCADENADO" - Jorge Bucay

Los errores pasados, o las caídas que hemos tenido en el camino, nos obligan, prácticamente, a quedarnos allí. Y solo un corazón lo suficientemente valiente como para enfrentarse a aquel pasado que lo dañó, puede salir adelante, tirar de esa estaca, y ser libre finalmente. 

¿Cuántas veces, hemos sido presos de nosotros mismos y de nuestras heridas y miedos? 

¿Cuántas veces más, miraremos esa estaca, y nos diremos a nosotros mismos "no puedo"? 

¿No vendría siendo hora de intentarlo nuevamente?

·         
tantraalmeria@gmail.com

martes, 23 de agosto de 2011

YO SIMPLEMENTE... AMO MUCHO

Tengo, parece ser, tan desarrollado el sentido del amor, que en ocasiones, alguna mujer, en la calle o en el metro, acaso comprando el pan o unas aspirinas, despierta en mi todo un ciclo, un hervir de emociones concatenadas e ineludibles, la primera, siempre viene la curiosidad, intento de mirada discreta, conocerla, desentrañar su secreto, saber qué hay tras esa sonrisa, tras esa mirada triste, qué piensa aburrida mientras mira la ventanilla o se mordisquea una uña. Después, cuando creo comprender algo o sigo atraído por el misterio viene profundo el amor, digo bien, el amor, fluye espeso y telúrico hasta que parece adueñarse del vagón o de la tienda, en ese punto, caminaría un paso y la besaría, seríamos felices en este amor indubitable pues es sin palabras que lo enreden y perfecto de puro irreal, disfrutaríamos ambos de este amor eterno durante uno o dos minutos antes de volver a la engrasada rueda de nuestra vida y olvidar. Luego se marcha, o me marcho yo, y aunque sé que en unos minutos habré olvidado su rostro y nunca la volveré a ver, o que si la veo ya no será ella, aún así la aflicción que me encoge es muy cercana al desamor, a esa angustia que te seca el aire y te hace extraño de tu alrededor, afortunadamente ya he aprendido a sumergirme en las caras desconocidas y al poco rato logro el dulce olvido de la desindividuación urbana, si ya no soy yo, ni amo ni siento. Son éstos, amores fugaces, evanescentes, totales y absurdos, imposibles y perfectos, pero nada puedo ni quiero hacer para remediarlos, hay quien tiene buena vista, o un oído infalible, yo simplemente, amo mucho.
"Sentidos", de Daniel Garcés Roldán.

jueves, 18 de agosto de 2011

NO LUCHES EN SER, SABES QUE LO ERES, SIMPLEMENTE SÉ


"Para comenzar -dijo pesadamente-, tenéis que comprender que una gaviota es una idea ilimitada de la libertad, una imagen de la Gran Gaviota, y todo vuestro cuerpo, de extremo a extremo del ala, no es más que vuestro propio pensamiento."

El pensamiento, la mente,... el gran "interpretador" de la realidad, la mayor parte del tiempo nos ayuda marcando los protocolos de actuación.
Pero toda ayuda acaba siendo nuestra propia dependencia, nuestra propia limitación.

"-¿Por qué será -se preguntó Juan perplejo- que no hay nada más difícil en el mundo que convencer a un pájaro de que es libre, y de que lo puede probar por sí mismo si sólo se pasara un rato practicando? ¿Por qué será tan difícil?"

¿Por qué será tan difícil explicar que somos libres?, que no tenemos más limitaciones que las que nos impongamos nosotros mismos.

Después de una sesión de Tantra con una chica, gran practicante de yoga, sorprendida por el trabajo realizado, y a pesar de la diferencia de idioma, no sin dificultad para expresar su necesidad de aprender, acertó a decir "My lover,... no puede".

"Quien no entiende una mirada, jamás entenderá una explicación."

Su mirada,... sus palabras... creo que el sonido salió de sus labios.
 Pero "My lover", entró por mi Chakra del corazón. Era pura energía amorosa, realmente amaba a su pareja.
"No puede", entró por mi Chakra del Plexo Solar, reflejaba mucho trabajo, desilusión, frustración.

¿Cómo trasmitir lo que sabes?... 
En aquel momento hubiera "empaquetado" todo lo que sé y se lo hubiera regalado.
No pude más que abrazarla con toda la ternura y el amor que pude.

¿Cómo explicarle a alguien que conoce de sobra y trabaja las técnicas?.

Intuí que les faltaba el último paso.
El que siempre se nos "olvida" dar.

Casi siempre que trabajamos una nueva "acrobacia", lo hacemos con mucho esfuerzo, con mucha dedicación,... hasta hacerla algo externo que nos sabemos de memoria.

Nos solemos olvidar de que no se trata de dominar la "acrobacia"... 

Se trata de SER la "acrobacia".

No luches en ser, sabes que lo eres, simplemente Sé.

"Todo cuanto necesitas está en ti" - Fun Chang.

Le envié un correo intentando expresar el cambio mental necesario para poder controlar la energía.

No suelo hablar de estos temas.
Quizá porque "la bandada" me ha puesto en alguna ocasión "en el centro del circulo"
Quizá porque lo que sé, lo he aprendido casi en soledad "practicando en los acantilados".

Pero, a veces me incomoda
no poder hablar,
No ser sincero conmigo mismo,
decir como realmente me gusta vivir,
explicar lo que soy,
explicar lo que siento.
Ya sabes que vivo en Almería,
Es una ciudad de costa, tranquila, bonita pero pequeña,
es muy difícil encontrar a personas que no me tomen por "raro".
(ya me cuesta explicar que soy vegetariano...).

A veces quieres hablar.
Porque lo que sabes, te quema.
Porque lo que sabes, te hace feliz, muy feliz, y quieres que los demás lo sean también.

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Practico tantra desde hace unos 25 años.
Lo aprendí
como disciplina,
como técnica de autocontrol.
Auto observación.

Aprendí, un poco, a
conocer mi cuerpo,
mis sensaciones,
mis sentimientos,
mis respuestas,
a controlarme.

No siempre salía bien,
a veces me desanimaba
a veces lo abandonaba bastante tiempo
a veces me abandonaba
No es fácil luchar en soledad contra ti mismo.

Disciplina, lucha, no eyacular, no sentir, parar... Control.

Hasta que un día por casualidad (o causalidad)
Quizá porque era una mujer especial
Quizá porque me relaje y me deje llevar.
Quizá porque recordé.

Entendí lo que no había estado haciendo bien
la diferencia,
la sutil diferencia.

En el tantra como en todo en la vida es mejor pensar en positivo (lo que si hacer)
Cuando piensas en negativo (lo que no hacer), te vuelves pesado, torpe, lento, estático.
Si crees que puedes, podrás. Si crees que no puedes, no podrás.

No es lucha. Es dejar fluir.
No es parar. Es mover. Es desviar.
No es hacer fuerza. Es relajación, meditación, visualización, deseo.
No es empujar hacia abajo. Es empujar hacia arriba.
No es, hacer fuerza para no bajar, es hacer fuerza para subir.
No es "no mirar para abajo". Es mirar para arriba, muy arriba.
No es pensar en sexo o en genitales. Es pensar en amor, en espiritualidad.
No es no eyacular (ni siquiera lo pienses... eso inicia la caída)
No es no dejarte caer. ... Es abrir las alas y volar.
No es no sentir. Es sentir. SENTIR MUCHO.
No es distanciarte de la mujer. Es unirte a ella. En ese momento la amas como la única mujer, la "gran mujer". En ese momento ella son todas en una.
No es luchar en ser, ... sabes que lo eres, simplemente, Sé.

Para mí es muy difícil explicar esto.
Al hacerlo, te das cuenta de que el lenguaje convencional sirve para la vida convencional.
Que para expresar sentimientos, sensaciones, actitudes, faltan palabras.
El lenguaje convencional se queda corto.

No tengas miedo en experimentar.
No tengas miedo en equivocarte.
No tengas miedo en caer. Caer es un derecho. Levantarse es una obligación.

La diferencia entre conocimiento y sabiduría está en la experiencia.
La experiencia es personal e intransferible.
Pueden mostrarte el camino pero "tú y solo tú" eres la única persona que puede recorrerlo.

Winston Churchill, decía que "El éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder entusiasmo".

Haz todo lo que desees hacer. No hagas lo que no deseas hacer.
No pares de buscar nunca. No esperes nada. Agradécelo todo. Sé feliz siempre.
Hay una cita de Paulo Coelho que dice "Sólo una cosa vuelve un sueño en imposible: el miedo a fracasar"

Otro error que he cometido ha sido pensar en objetivo, pensar en destino, pensar en llegar.
Quizá te haga ir rápido, pero puedes perderte los detalles del camino.

Para senderos largos es mejor dar pasos cortos.
Es mejor pensar en dirección, pensar como una brújula.
No, a donde quiero llegar. Mejor, en qué dirección quiero ir.
Disfruta del camino.
Párate de vez en cuando. Mira el horizonte. Saborea cada paso.

Solo puedo ofrecer lo que sé.
lo poco que he aprendido.
Seguro que otras personas podrán ayudar mejor que yo.
Esto solo son pasos de "mi" camino.
Quizás otras personas lleven un camino distinto.

Espero haber ayudado (al menos solo un poquito).

UN ABRAZO DE CORAZON.


tantraalmeria@gmail.com

miércoles, 17 de agosto de 2011

EL JARDIN TANTRICO

Suelo recurrir a los cuentos, fábulas, parábolas, ejemplos, símiles, historias que tratan de reflejar la realidad,... que nos ayudan a interpretarla.

Creo que así, tanto para explicar, como para aprender, es más fácil de recordar, más lúdico, y sobre todo es más grato de exponer, y de entender y comprender.

De esta forma, no sólo se basa en palabras, sino en imágenes, visualizaciones, fantasías y sobre todo en sensaciones (... el inexplorado e infinito mundo de las sensaciones).

Hay que tener en cuenta que en ciertos temas el lenguaje convencional se queda "corto", a veces es inexistente.
Tenemos que recurrir a adjetivos de "otras"... sensaciones:
Sonrisa ácida, mirada gris, abrazo frío, despedida dulce, tacto cálido...

Quizá por eso todo lo "oculto" suele expresarse en un lenguaje basado en símbolos, que,  fuera del argumento, lo hace inteligible.

El lenguaje, además de la función de comunicación, tiene también otra función tan importante como la primera. Es el medio que utilizamos para pensar, para razonar.

Esta forma de expresar, es también una gran herramienta de trabajo. Permiten "traducir" desde contextos "sin palabras" a lo cotidiano, trabajarlo, comprenderlo, para volverlo a "traducir" al contexto de las sensaciones.

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Como dice Osho,


"El Tantra no se explica,... se practica".



Imagino nuestra realidad como si viviéramos en dos dimensiones, en un espacio plano, donde se desarrolla la existencia.

En esa llanura se alzan colinas, montañas, valles, que permiten distintos puntos de vista de la realidad, otras formas de conciencia.
Meditación, proyección astral, plantas chamánicas, respiración holotrópica, hipnosis, regresión, estados alterados de conciencia...

Para mí, la energía sexual  es una de esas montañas, que se alza sobre la llanura de lo real, de lo cotidiano.
De las más altas, accesibles, y agradables de explorar.

Es una montaña con dos laderas, una es de pendiente suave, la otra es un acantilado de paredes rocosas verticales.

Sobre la ladera de pendiente suave hay un jardín, extenso, muy muy variado, tiene zonas de arena, piedra, grandes losas, cálidas, abrasadoras, sombras frescas, húmedas, fuentes, pozas, cascadas de agua, campos de césped, bancos donde descansar, zonas de zarzales húmedos, cactus secos, frutales maduros, distintos caminos, señalados o no, trillados, vírgenes, laberintos, rectos, altibajos, recodos, recovecos, silvestres, naturales, artificiales.

Todo lo que podáis imaginar.

En la cima al terminar el jardín, hay un mirador, una zona "vacía", despoblada, libre, solitaria, de una gran individualidad, desde aquí se ve un horizonte extenso, y se nota la brisa en la cara.

El último metro... es una franja muy muy insegura, con suelo inestable que se deshace bajo los pies.

Se puede recorrer el jardín en soledad, con "accesorios", en pareja, con varias personas, (también, todas las combinaciones que se puedan fantasear), pero estos últimos metros son individuales.

En el jardín hay un camino recto que lo recorre unas escaleras mecánicas. La mayoría de la gente, ignora el jardín, usa este camino, es el más rápido, quieren llegar a la cima cuanto antes, porque quieren experimentar el placer de volar, subir cuanto antes... para lanzarse al vacio del acantilado.

Notar  la sensación del vacío, dejarse caer, volar en caída libre, vertical, hacia abajo, un vuelo vertiginoso y cargado de excitación.
Para llegar abajo, caer en la realidad y  darse cuenta que todo ha sido muy rápido, corto, sin control.

Hay personas que se sienten vacías, sin entender el significado de la montaña, la suben y bajan para satisfacer el instinto.

A veces esperan a su pareja para saltar juntos, a veces, quieren ir aún más rápidos que la escalera mecánica, sueltan la mano de su pareja y saltan cuanto antes, dejándola sola, que a veces baja andando en un halo de soledad.

Hay personas que no ven significado a este subir y bajar frenético, sin sentido. Lo hacen por instinto, "por necesidad", pero se quedan vacías, vacantes, deprimidas...
Otras personas buscan otras "escaleras mecánicas" por "zonas distintas", extrañas, de cactus, de cristal transparente, zonas oscuras, agujeros ocultos,... para igualmente saltar al vacío.

El Tantra propone extasiarse de esta gran montaña, subir despacio el jardín, sin prisas, saboreando los frutales, descansado en el césped, el agua fría de las pozas, notando el calor de las losas de piedra, oyendo el agua de las fuentes. "embriagarse" de este camino.

Subir despacio, con consciencia, saboreando el aquí y ahora.

La franja al final del jardín y antes del acantilado, es especial, es distinta.

Es el momento en el que con autoobservación, autocontrol, visualización, mucha autoconfianza, ignorando el instinto de correr hacia el acantilado,... mirar al horizonte sin miedo,... notar la brisa... 

 ABRIR LAS ALAS... Y... VOLAR.


Es un vuelo distinto.

Controlado, suave pero firme, placentero, laaargo, cargado de felicidad y amor.

Control.

Se puede subir y bajar en el mismo punto o en otro distinto.

"Permanecer" durante horas.

Detener el tiempo.

Se puede, mantenerse a unos centímetros del suelo, disfrutando de la ingravidez.

"Andar" con seguridad el frágil terreno al límite del acantilado... o "más allá".

Vuelos rápidos, lentos, ondulantes, expandidos, secos...

Sentir el aire en todo tu cuerpo o modificarlo para sentirlo concentrado en un solo lugar.

Permite vuelos horizontales hacia el horizonte, leeejos,... hasta que olvidas de donde partiste.

O verticales, rápidos, hasta muy arriba, hasta que el cuerpo físico parece romperse entre contracciones, taquicardias y  descargas de energía.
No es que la energía se perciba, es que sus sensaciones hacen que el cuerpo físico empiece a "estorbar".

"Todo un mundo por experimentar".

Siempre placentero,... a veces... siento miedo, miedo a la altura, miedo a la distancia, miedo a lo desconocido, aún me queda mucho por descubrir, mucho por aprender.

Hay muchas escuelas de Tantra.

Algunas defienden la escalada.
Bajar y subir escalando con control el acantilado.

Otras alargar durante horas el paseo del jardín, disfrutar conscientemente de él, de la cima y de la caída.
O recorrer exclusivamente el jardín hasta perderse en él.

En el Tantra solo hay una norma; "No hay normas".

Mientras todas las religiones persiguen la "ascensión" mediante la negación de la "realidad", de la mente, del cuerpo, del sexo.
Sólo mirar hacia arriba y esforzarse en subir negando el suelo.

El Tantra defiende que vivimos en una "realidad", tenemos cuerpo, disponemos de sexo...; Por algo será.
El Tantra propone mirar hacia arriba, esforzarse en subir pero dando una patada al suelo, aprovecharnos para saltar.

Lo cierto es que lo que al principio parece ser una serie de técnicas para aspirar a ser el amante perfecto, acaba siendo una ideología, una forma de vida.

Puede practicarse de forma individual "Tantra Blanco" o de la mano derecha ó en pareja "Tantra Rojo" o de la mano izquierda, es otro inconveniente añadido (o ventaja).

La pareja con la que lo practicas, muy pocas son tántricas, yoguis/yoguinis, capaces, no sólo de realizar una ascensión consciente (de dar), sino practicar el difícil arte de percibir ("escuchar" donde estas) y actuar en consecuencia (para volver a dar).

Personas capaces de llevarte en un camino de experiencias, hasta el final del jardín, y capaces de mantenerte en el filo de la navaja, en la difícil zona de "despegue", acompañarte sin invadir, muy muy pocas.

Mi enorme gratitud para Isabel, la primera.
Para Andrea, la mejor entre las mejores, capaz de acariciar el alma, capaz de trasmitir "directamente" de corazón a corazón.
Capaz de incorporar el último ingrediente secreto..., el Amor incondicional.

El Tantra, te cambia la vida.

No sólo el placer físico (que no es poco)
Es la autoestima del reto logrado.
Es lucidez, control, confianza, seguridad, saber quién eres.
Profunda liberación y rejuvenación emocional,
Profunda experiencia espiritual.
Percibir la energía, y como se expande más allá de los límites del propio cuerpo fisico.

Cuidado. "Engancha" a las personas que lo practican. "Enlaza" a la pareja que lo realiza.

Con la práctica..., la autoobservación, el autocontrol, la autoconfianza, te hace

"Expandir" el jardín y el vuelo "fuera" de la montaña.

Te hace vivir en una, perpetua serena excitación y sobre todo, en un estado continuo de amor consciente, incondicional. Vivir enamorado de la existencia.

Poco más; Ahora es el momento de olvidar todo lo que he dicho, de tirar todos los libros de Tantra.

Como dice Osho,

"El Tantra no se explica,... se practica".


tantraalmeria@gmail.com