miércoles, 14 de diciembre de 2011

SOLEDAD



Ese sentimiento de vacío, de estar separado de lo que nos une a la vida, esa desaparición de nuestra propia historia, esa lectura que desgarra las esquinas del alma en busca de asilo… la llamo... Soledad.  

Podemos pensar que es la pérdida de los seres queridos… pero no,... es pena, es dolor.  No es falta de compañía.
No es no tener... Es no Ser.

A lo mejor creemos que la soledad tiene que ver con el abandono… pero eso es miedo y furia.  Quizás tengamos la certeza de que la soledad que desgarra hay que combatirla, ignorarla, distraerla, ocultarla tras la compañía.


Se puede compartir la soledad... en compañía.
Se puede compartir la compañía... en soledad.
No importa cuanta gente nos rodee, desaparecen los ánimos para sentirnos vivos. 

Suele aparecerse en los momentos más extraños. O cuando nuestro pensamiento nos convence de que es el lugar donde estamos, las condiciones que vivimos, la pareja, o hijos que no nos acompañan, la vejez, lo que hacemos a diario, o la enfermedad incapacitante… lo que nos despoja de contención, abrigo, sentido, vínculo.

Algunos se doblegan resignadamente, otros enloquecen buscando la salida, otros se amargan para llenarse aunque sea de algún sabor no querido… y otros descubren,  que siempre están acompañados, sostenidos, acunados y abrigados por... “Eso”... por "El Vacio".

A mí me sirvió mirar la soledad cara a cara, sin perder la respiración, sin intentar distraerme, ni aguantarla, sin sufrirla ni doblegarla. 
Acepté que, como dicen los existencialistas, ese vacío donde el sentido puede no tener sentido, es el espacio en el que orbitamos siempre, pero evadimos constantemente.  Es nuestra cuna y nuestra mortaja…

Entonces..., ¿Por qué no amigarme con la impertinente Soledad?

Cosas extrañas suceden cuando se toma esa decisión, que nada tiene que ver con la falta de compañía de otros.  En el mismo momento en que le dices, “ok, así que siempre vas a ser mi acompañante… Bienvenida! me llamo "Tantra", ¿Cómo puedo sentirME bien contigo?”

La respuesta es inmediata… SintiéndoME!  ¡Vaya sorpresa! de eso se trataba…

Es entender que, por definición, el vacio no puede ser llenado.
Es entender que cuando todo se reduce a la unidad... la unidad no puede ser reducida.
No cabe la no existencia como contraposición a la existencia.

Lo que ES... ES, y no cabe nada más.

La Soledad es el "regusto" de nuestra propia existencia.

Había estado huyéndome… y mi ESO, corriendo detrás de mí, saltando en medio de la noche, haciéndome señas en medio de la gente, masajeándome el cerebro para que yo despertara y me diera cuenta de que ESO siempre está…y que yo solo tengo que sentirLO,… descubrirME,... y por fin….

.... ACEPTARME COMO SER SINTIENTE.

tantraalmeria@gmail.com



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